El sistema linfático está constituido por una gran red vascular, anatómicamente inconstante, distribuida por todo el organismo con la misión fundamental de recoger las moléculas proteicas y el exceso de líquido intersticial extravasado, y devolverlo de nuevo al torrente circulatorio. El edema puede presentarse cuando hay un aumento en la cantidad de fluidos, proteínas y otras sustancias en los tejidos corporales debido a problemas en los vasos capilares, venas y un bloqueo en el sistema linfático, por lo tanto el edema puede ser el resultado de un aumento del aporte de líquido o de un déficit en la reabsorción venosa y linfática, pero cualquiera que sea su origen, no existe ningún edema sin cierta forma de insuficiencia de la circulación linfática (Foldi 1952).
Existen varios tipos de edema pero sea cual sea la causa del edema el tratamiento a seguir será el intentar reducir el volumen del miembro afecto, para lo cual utilizaremos el drenaje linfático manual.
El drenaje linfático manual:
- → Actúa sobre los vasos linfáticos activando su automatismo. No aumenta la filtración.
- → Influye en la musculatura estriada (relajándola) y en la lisa.
- → Activa la circulación linfática (subcutánea)
- → Al ser manipulaciones suaves, lentas y repetidas ejercen un efecto vagotónico (antiestrés), por activación del sistema nervioso vegetativo
- → Mayor aporte sanguíneo y aumento de la filtración (paso de líquido a los tejidos).
- → Se utilizan presiones suaves, se hacen tangenciales a la piel y con un ligero movimiento circular, con ritmo lento y sin ningún tipo de crema o aceite.
- → Nunca producirá dolor.
Indicaciones:
- → Edemas
- → Procesos inflamatorios
- → Problemas circulatorios
- → Retención de líquidos, piernas cansadas.
- → Edemas post-operatorios
- → Celulitis
- → Hematomas
- → Fibromialgia